La palabra hebrea “Roshó” (רֹאשׁוֹ) significa “su cabeza“. Proviene de la raíz “rosh” (רֹאשׁ), que se traduce como “cabeza“, “principio“, “comienzo“, “jefe” o “líder“. El sufijo “-ó” indica posesión en tercera persona del singular masculino, por lo tanto “Roshó” se traduce literalmente como “su cabeza”.
Sinónimos relacionados:
- Cabeza
- Líder
- Principal
- Autoridad
- Comienzo (en sentido figurado o espiritual, como en Rosh Hashaná, el comienzo del año)
“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Él.”
– Éxodo 34:29
Aunque esta cita no usa literalmente la palabra “roshó“, el concepto de la cabeza como símbolo de conexión directa con lo divino está presente, como cuando el rostro (desde la cabeza) resplandece por estar en la presencia del Eterno.
Importancia espiritual:
En la cosmovisión hebrea, la cabeza no solo es el centro de la mente y la conciencia, sino también el lugar simbólico de la dirección espiritual. Representa autoridad, liderazgo y primacía. Cuando se habla de “la cabeza” de alguien, también puede implicar su responsabilidad, su gobierno sobre algo o incluso su conexión directa con Dios.
Espiritualmente, cuidar de nuestra “cabeza” también implica proteger nuestra mente y pensamientos, renovar nuestro entendimiento y rendir nuestros planes al Eterno.
Oración sugerida:
“Padre Celestial,
Gracias por darme entendimiento y conciencia desde lo alto. Te pido que guardes mi cabeza, que me des sabiduría en mi caminar, y que pongas sobre mí el yelmo de la salvación. Que mis pensamientos estén alineados contigo, y que toda autoridad que tenga sea ejercida con humildad y conforme a tu voluntad.
Amén.“